La inteligencia artificial ya no es una promesa lejana ni una novedad reservada a sectores tecnológicos. Forma parte de nuestro presente profesional y comienza a transformar rutinas, procedimientos y modos de analizar datos en el campo de las ciencias económicas. El verdadero desafío es cómo la integramos. Y desde el CPCE Mendoza, el compromiso es claro: se trata de acompañar este proceso desde la formación permanente, el pensamiento crítico y la responsabilidad ética.
En lugar de verla como una amenaza, la IA debe pensarse como una herramienta que puede liberar a los profesionales de tareas repetitivas, permitir una lectura más profunda de grandes volúmenes de información y facilitar diagnósticos más precisos. Pero ninguna herramienta opera sola. La tecnología no reemplaza la experiencia, ni interpreta el contexto, ni actúa con criterio ético. Por eso, el valor de la supervisión profesional es irremplazable.
Una de las iniciativas destacadas es el desarrollo del micrositio específico sobre IA, donde los matriculados pueden acceder a recursos, materiales y propuestas formativas vinculadas a inteligencia artificial aplicada a la profesión. Este espacio tiene como objetivo central democratizar el conocimiento, abrir el debate y brindar herramientas accesibles para trabajar con IA desde una mirada situada y profesional. Asimismo, la Comisión de Economía y Ciencia de Datos trabaja conjuntamente proporcionando el respaldo técnico necesario para potenciar la formación de los profesionales.
Desde el año pasado, el CPCE Mendoza ha sostenido un compromiso activo con la formación en inteligencia artificial, organizando al menos una capacitación mensual sobre la temática. A la fecha, estas instancias han contado con un total de 995 inscriptos y 374 visualizaciones asincrónicas a través de la web institucional, reflejando el creciente interés y la participación de la matrícula en la incorporación de nuevas herramientas tecnológicas al ejercicio profesional. La respuesta ha sido positiva: crece el interés de colegas que reconocen la importancia de formarse para intervenir con conocimiento. Los datos preliminares de participación en capacitaciones muestran un aumento sostenido, lo que permite pensar que el debate está en marcha y que el rol institucional es clave para sostenerlo en el tiempo.
Pensar la inteligencia artificial como aliada no es ingenuo ni simplificador. Implica asumir que estamos ante un cambio profundo, que exige actualizar nuestras prácticas, pero también nuestros marcos éticos. Como plantea Dakuo Wang, investigador del MIT, el futuro del trabajo no será una competencia entre humanos y máquinas, sino una colaboración entre ambos. Del mismo modo, Ethan Mollick —especialista en innovación y educación— advierte que la IA no puede reemplazar la capacidad humana de pensar, decidir y crear, pero sí puede amplificarla cuando se la utiliza con conciencia.
La IA, bien utilizada, puede ser una herramienta transformadora. Mal entendida, puede convertirse en una fuente de exclusión o dependencia. Por eso, el camino no es automático: es colectivo, reflexivo y sostenido en el tiempo. La tecnología no debe imponerse por la lógica del mercado, sino integrarse desde la lógica del conocimiento y la calidad profesional.
El Consejo Profesional reafirma su compromiso con esta agenda. No solo facilitando recursos, sino construyendo comunidad, generando instancias de intercambio y promoviendo una práctica profesional que no le tema a la innovación, pero que tampoco renuncie a su dimensión humana.
Porque la inteligencia artificial puede procesar datos, pero el futuro lo seguimos escribiendo las personas.